Septiembre
2012
Victor I. Stoichita /// Ver
y no ver
Israel Rubio
La “tematización de la
mirada”, como la llama Stoichita (2005, p. 16) es un recurso pictórico y
narrativo que nos enlaza a la obra a través de diferentes maneras. Una de ellas
es con las “figuras-eco” (p. 18) y entre una de sus intenciones es la de
sugerir una lectura visual al espectador, un desdoblamiento que sale y entra de
la imagen (p. 15). Incluso como una “situación-espejo” (p. 18) que juega con
nuestra percepción pero que se integra, en la medida que observamos, a nosotros
mismos. Como si adoptáramos la postura del autor solamente con el acercamiento
visual.
Otro
factor que determina la importancia de esta tematización de la mirada es la
obstaculización, de modo que Stoichita propone un punto crítico:
“la transformación de concepto de imagen (…) entre el
lejano Medievo y el siglo XVII, pasando por el Romanticismo, conlleva a su vez
una transformación de la tematización de la obstaculización de la mirada, (…)
[que pasó] de ser, marginal, a convertirse en el centro de la escena” (p. 22)
La importancia radica en
la “percepción final [que] resulta siempre completa y gratificante” (p. 23)
gracias a las figuras-eco que anticipan la intención narrativa.
Picasso, en 1937, pintó
por encargo la obra Guernica, un óleo sobre lienzo de casi ocho metros de largo
por tres y medio de altura. El contenido de la obra se basa en cuestiones
sociopolíticas y el resultado es simbólico. Para este caso, el autor sugiere
también una lectura. Por un lado, desde el punto de vista semiótico los
protagonistas de la obra tienen rasgos exagerados llenos de ficción que hacen
que veamos su condición agredida. Por otro lado, la narrativa del cuadro cuenta
con una retícula de formas geométricas irregulares trianguladas que sugieren
una lectura que rebasa la estética para incluso llegar a la denuncia histórica.
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